Llevas mucho tiempo como agente libre pilotando tu pequeño carguero, el 'Escurridizo', por el sector Krilgard. Como su nombre indica se trata de una nave versátil y  rápida con la que te has labrado un cierto renombre de agente fiable para transportes de todo tipo, incluso aquellos que no deben aparecer en los manifiestos de carga. Como solía decir Pack, tu viejo jefe y mentor, hay que arriesgar un poco para obtener beneficios, saber cruzar algunas líneas. Después de todo ¿quién marca lo que está bien y mal? Es cuestión de opiniones ¿no?

Se supone que este viaje es de esos que pasan líneas difusas. Uno de tus contactos habituales, McLeod, te ha entregado un archivo de datos para que lo lleves en persona hasta el espaciopuerto de Signus. Se supone que en la cafetería del mismo te encontrarás con alguien llamado Marken que recogerá la data-tarjeta. Hay varios motivos por los cuales no es necesario que nadie te explique que el encargo no es legal. El principal es que si alguien quiere pasar datos legales de un sistema a otro podría hacerlo a través de las líneas de comunicaciones interplanetarias sin necesidad de pagar a contrabandistas. El otro es la cantidad a ingresar en cuenta. Con esa información McLeod no ha tenido que explicarte que el contenido de esa data-tarjeta no debe pasar por aduanas.

Ahora, mientras revisas los cálculos de tu nave para salir del subespacio, te preguntas si deberías examinar el contenido de esa data-tarjeta. Las cláusulas de confidencialidad encarecen estos asuntos y tú no has firmado ninguna.