Item Valor

Concepto inicial


El primer paso para crear un personaje es pensar en un concepto. El sistema de reglas que te ofrecemos está preparado para llevar a cabo lo que necesite un grupo de juego, así que no podemos concretar qué tipo de personajes estarán disponibles en las partidas. Primero, el Director de Juego (si es el creador del mundo donde se va a jugar) tiene que exponer las posibilidades que hay.


Una vez tengas clara la ambientación donde se desarrollará el juego, por ejemplo, un mundo donde los elfos y los enanos están enfrascados en una lucha ancestral o un ambiente de espionaje ucraniano donde sólo juegas con espías, tienes que pensar en el concepto del personaje. El concepto es la idea general, el primer boceto mental, que te haces sobre qué tipo de personaje te gustaría encarnar. A veces se trata de una frase, otras pensarás en crear a alguien parecido a un personaje de una película o de un libro que hayas disfrutado recientemente. Da igual de dónde provenga tu inspiración. Tienes que tener algo ya en mente antes de seguir el procedimiento para rellenar la ficha, ya que si cambias de idea a la mitad del proceso, te resultará incómodo. Teniendo el concepto, es más sencillo contener el hecho de que no puedes tener tantas capacidades ni tan altas como te gustaría. Para definir al personaje, debes elegir sus puntos fuertes, ya que no puedes ser bueno en todo. En resumen, hazte una idea general de qué tipo de personaje vas a crear antes de coger el bolígrafo o el lápiz.


Un personaje es algo más que los números en su ficha. Los puntos son sólo la forma en que el juego define las capacidades de un personaje, sus puntos débiles y fuertes, pendientes de batirse el hierro mediante el uso de las reglas. Tú eres quien debe darle el soplo de vida a esos números, mediante la interpretación de ese personaje, usando los datos de la ficha como guía. Sin tu participación, el personaje no existe.


Ejemplo
A lo largo de este capítulo vamos a crear un personaje de ejemplo, un poco de práctica después de la teoría. Usaremos un personaje arquetípico como ejemplo, para que se vea de forma clara lo que se puede hacer.
Imaginemos a un investigador privado de la época actual, en un mundo donde la magia existe y donde los demonios son reales (y peligrosos).
Lo primero, buscarle el nombre: Michael Rodríguez.
Ahora pasamos a darle un poco de trasfondo: vivió en un barrio marginal, de familia latina desestructurada, con el padre siempre viajando buscando trabajo y la madre en casa con problemas de alcoholismo. Intentó salir como pudo de ese mundo, haciéndose policía, pero los narcotraficantes del barrio le hicieron la vida imposible, al conocer a toda su familia y amistades. Tuvo que mudarse a otra ciudad, Boston, con otra profesión, Investigador Privado.
Es alguien con una especial facilidad para ver cosas que otros no ven, con un físico un poco por debajo de la media y unos estudios que reflejan dónde se crió.
Si te das cuenta, aún no hemos hablado de números. En realidad, antes de poner números debemos saber qué vamos a ser.
Y una vez lo sabemos… a rellenar números.