Item Valor
ancho 0,0
btn_frame 0,0
codigo 0,0
control 0,0
csrfmiddlewaretoken 0,0
destinoexito 0,0
destinofallo 0,0
escena_destino 0,0
estado 0,0
files 0,0
frame 0,0
id_enlace 0,0
id_escena 0,0
id_texto 0,0
texto 0,0
titulo 0,0

Este juego de rol es un sencillo homenaje a los relatos de uno de los escritores más importantes que han existido: Edgar Allan Poe, considerado maestro y padre del relato moderno.

Para su elaboración se han tomado como referencia las  historias de muchos de sus relatos y una serie de poemas, tomando de ellos los elementos necesarios para conformar las tablas y listas de profesiones, talentos, antagonistas, fobias,  equipo... e incluyendo algunos adicionales para enriquecer el juego, así como la ambientación y temática. La mecánica de juego se basa en una mezcla de influencias de sistemas de juego d6 de libre licencia.

Unas notas sobre E.A. Poe

Edgar Allan Poe (1809-1849†) fue un escritor, poeta, crítico y periodista romántico estadounidense, renovador de la novela gótica y conocido sobre todo por sus relatos de terror (El gato negro, El tonel de amontillado, Los crímenes de la calle  Morgue, El corazón delator, El pozo y el péndulo...).

Huérfano desde niño, y acogido por los Allan, viaja y se educa en Inglaterra, Escocia e Irlanda. Con 22 años dirige una revista y publica sus primeros cuentos. Es adicto al juego y bebe desmesuradamente lo que provoca su despido.

Se casará con su prima Virginia, lo que supone un nuevo  impulso en su entusiasmo literario. Ella fallecerá de tuberculosis en 1847. El problema del escritor con la bebida hace que sufra episodios de delirium tremens lo que le llevará a ser ingresado en un hospital tras ser visto con aspecto de vagabundo en las calles de Baltimore. Morirá unos días más tarde.

Un poco de historia

En la época de Poe se conforma el paso a la democracia de la nación estadounidense y los movimientos antiesclavistas que en 1861 desembocan en la guerra civil.

Fue una época de profundos cambios sociales y políticos, de  duras luchas y tensiones. Esto se manifiesta en su literatura y en la de grandes escritores como Hawthorne, Whitman y  Melville, entre otros.

Frente al movimiento denominado romanticismo trascendental otros escritores más pesimistas, entre los cuales se hallaba Poe, crearon ficciones más tenebrosas y atormentadas. No creían en el excesivo idealismo ni en la bondad humana.

Sus ficciones góticas exploraban los confines del inconsciente humano, sus pesadillas, ansiedades y traumas, la lucha entre el bien y el mal y la infinita soledad del ser humano en medio de una sociedad asfixiante que condena al individuo a una supervivencia precaria.

Estos dos movimientos en realidad son complementarios, las luces y sombras de una misma búsqueda del individuo en  todas sus posibilidades y una exploración del yo como hasta entonces no había ocurrido.

El mundo de E. A. Poe

La obra de Poe está llena de misterios, de historias  detectivescas, de envidias y odios que llevan a cometer actos de profunda vileza y de sucesos macabros o terroríficos.

Muchos de sus relatos se envuelven de un cierto interés, temor o preocupación por la muerte y el más allá, aunque también cuentan historias de amor truncadas.

Para infundir terror Poe no necesita recurrir a elementos extraños o ajenos a la vida cotidiana. Sino que se sirve de los más ocultos miedos de sus personajes, haciéndolos resaltar, para darle forma a las historias con un alto contenido onírico y simbólico.


Otros temas en sus historias macabras son la venganza, la culpa y la auto punición, la influencia del alcohol, la morfina y el opio, el poder de la voluntad, la claustrofobia y la necrofilia.

Ésta última es, a la vez, su necrofobia. Es decir, lo que más le atrae es lo que le produce el supremo horror.

En los relatos de Poe no existen los fantasmas o la magia, criaturas de otros mundos (o del más allá) no nos visitan ni se nos aparecen.

Pero el opio, el alcohol, el miedo, la culpa y la demencia de los protagonistas de sus relatos pueden hacer que sientan, vean y hasta oigan aquello que no existe.

Como un cuervo contestando nunca más, o un corazón muerto latiendo bajo las tablas del suelo de una habitación.