La vida en las legiones es dura. Cuando marchas, cada Centuria de unos sesenta hombres forma ocho contubernios, es decir, un grupo de ocho que lleva todo el equipo necesita el contubernio para sobrevivir independientemente. Tienda de campaña, víveres, herramientas... y una mula para cargar otras cosas y parte del material de la legión. Ésos hombres (y la mula) se convierten casi en tu familia, después de unos años compartiendo tienda y destinos.

Los centuriones se encargan de que nunca estés quieto, y siempre estés bien entrenado y listo para combatir, por lo que tienes un equipo que en estas partes del mundo se consideraría de primera: Un Scutum grande, para cubrirte casi entero, de madera y metal. Pesado, pero indispensable. Un gladius, una espada corta que se utiliza principalmente para apuñalar, atacando desde la cobertura del Scutum. Y por supuesto la pesada pero siempre fiel loriga segmentata, una armadura de bandas horizontales difíciles de penetrar.

Estás entrenado para ser disciplinado, mantener la línea y obedecer las órdenes que te transmite el buccina. Puede que estés bien equipado, pero por lo general, el enemigo siempre es superior en número, por lo que no debes confiarte... nunca.

Por supuesto, marchar, entrenar y cavar no es lo único que uno aprende en las legiones, todo el mundo tiene sus dones...