En un promontorio en el centro de la zona de dominio se hallan las dos viviendas más elegantes de la colonia. La primera es la torre Trias, con su impresionante arquitectura modernista, todo un símbolo del poder de la familia propietaria. Junto a ella, mucho más modesta pero todavía mayor que cualquier otro de los domicilios, se halla la casa del director Hamilton.

Más allá del edificio de la fábrica está el río, sus agitadas aguas entran en canales que alimentan las turbinas de la fábrica. Una maravilla de la ingeniería que suple de poder a la maquinaria textil.

Al otro lado, las hileras de las viviendas de trabajadores comienzan a oscurecerse a la luz del atardecer. En este lugar, el clima montañoso y la proximidad del río hacen que la noche sea fría.

En el centro del complejo puedes ver la iglesia de la colonia. Es una edificación remarcable pues, según lo indicado en los folletos de bienvenida, fue diseñada por un reputado arquitecto de la ciudad. Las normas de la colonia especifican que el párroco no atiende a estas horas, así que tendrás que esperar a la mañana para examinar el cadáver del doctor Ferrer.