Item Descripción Valor

Aquella reacción era ciertamente inesperada, por ello Luca se acuclilló tras una cómoda de madera antigua que tenía al lado. Antonella aprovechó aquel momento de debilidad de su sicario para correr como alma que llevaba el diablo, rodeando el salón y saliendo al exterior por un camino distinto del que usó Luca para acercarse.

Corrió sin mirar atrás abriendo la puerta de un portazo cuyo estruendo se trasladó a lo largo de todo el rellano y echó a correr escaleras abajo.

Abajo la esperaba Sal.

BANG

No hubo lugar para la piedad ni para la debilidad. El compañero de Luca fue eficaz y de un solo disparo ejecutó a la joven.

–¡Vamos baja! ¡Qué cojones hacías que te entretuviste tanto montando una escandalera que se escuchaba desde la calle!– le preguntó sin esperar respuesta pues ya estaba dirigiéndose al vehículo sentándose en el asiento del conductor.

En cuanto estaban los dos en su interior, Salvatore pisó fondo y alejó a ambos soldatos de la escena del delito.

–¡Misión cumplida! –era lo que tenía que pensar el verdugo, sin embargo no se sentía bien con aquello. Era un trabajo, pero no el trabajo que buscaba. No merecía la pena darle más vueltas, había que volver y dar el parte al Don. 


Algunos días más tarde... En algún lugar del Distrito Portuario.

Don Maurizio nunca se llegó a enterarse de los pormenores de como había terminado todo. La historia oficial era que Sal la había ejecutado y que la puttana fue demasiado ruidosa. Una auténtica mujer siciliana. Por la razón que fuera al Don no pareció gustarle demasiado aquellas noticias, era una misión cumplida pero algo parecía estar mal. Ninguno de los dos lo entendía.

Ahora mismo se encontraba Luca en el 'Fenglin Chen', un restaurante asiático que se encontraba en el distrito Portuario al que solían ir en numerosas ocasiones los Estibadores. Acostumbraban a servir un menú que consistía en arroz acompañado de algún tipo de carne que decía ser pollo aliñado de una salsa agridulce.

Sin embargo en aquel momento no había nadie, estaba cerrado y Luca había demandado que le atendieran. El Don por medio de su consigliere le mandó que se acercase allí porque el señor Chen se había retrasado en su pago del pizzo.

–Espele un momento señol, tengo plepalado un soble para el señol Maulizo –le pidió el señor Chen antes de agacharse un momento tras el mostrador.

Se incorporó rápidamente con una escopeta recortada y disparó a la par que cerraba los ojos como si temiera lo que estaba por suceder.

BANG

El siciliano voló un par de metros antes de caer. Aquel había sido un disparo de mierda, pero a aquella distancia era suficiente. Había bajado la guardia otra vez, demasiadas veces en poco tiempo.

Sentía cómo sus esfínteres se descontrolaban, la sangre le rodeaba allá donde miraba pero aún estaba consciente. Se escuchaba al propio señor Chen temblar como si temiese las consecuencias de su propio acto.

–Lo siento señol, Don Maulizio me dijo que si le dispalaba no me quemaba el sitio. Es lo único que tengo– se disculpó haciendo una reverencia, otra más–. Lo siento.

–Joder, ¡termínalo ya!– maldijo Luca, era casi lo último que le quedaba por aportar al mundo. Un poco de la rudeza propia de un hijo de sicilianos que huyeron de una tierra agreste, pobre en busca de la tierra de las oportunidades.

BANG


Estás muerto

Muchas gracias por jugar esta partida, sin embargo sabemos que este no es el final que esperabas. Puedes reiniciar la partida clickando el botón reiniciar partida


CARACTERÍSTICAS

FUE

2

DES

1

INT

0

HABILIDADES

Armas

1

Conducir

1

Forma física

2

Pelea

3

Percepción

1

Social

0

OTRAS

Puntos de vida

0

Modificador

-2

Arma

Pistola (0)

Lupara (0)