El Aventurero aún tenía tiempo... por lo que siguió con sus quehaceres en su pueblo natal, a fin de cuentas ya se pondría con la misión... en algún momento... Aquel Mago tan poderoso y tan cauto no se iba a morir como mínimo hasta las 9 de la noche, aunque el sol estaba ya oculto del firmamento, por lo que no había nada que temer... ¿O sí?.