El aventurero, sintiéndose amenazado por la presencia del Warforged, decide atacar directamente al constructo de metal. Levanta su arma y, con determinación, dirige un tajo mortal hacia la criatura de metal. En un giro impactante, el Warforged, en lugar de esquivar o defenderse, acepta el golpe mortal en silencio. El sonido metálico resuena en la taberna cuando el arma del aventurero atraviesa los componentes del Warforged. La criatura de metal, sin expresión facial pero con una presencia inmutable, se queda de pie por un momento antes de caer al suelo. El ratoncito, que había sido el motivo de la confrontación, observa con ojos pequeños y oscuros todo ello.
La atmósfera en la taberna se tensa con el impacto de la acción del aventurero. Los clientes y el personal miran en silencio, algunos con sorpresa y otros con desaprobación. La vida en la taberna ha sido abruptamente interrumpida por un acto de violencia inesperado. El aventurero, con su amenaza percibida neutralizada, queda solo frente al cuerpo inerte del Warforged. La pregunta sobre las motivaciones y la conexión del Warforged con el ratoncito permanece sin respuesta mientras la taberna intenta comprender el giro repentino de los acontecimientos.
El ratoncito, ahora desprovisto de su protector metálico, se aventura tímidamente desde su escondite y se aleja, dejando atrás un rastro de incertidumbre y cuestionamiento en la taberna.