Item Descripción Valor

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- Conozco al señor Rovira desde hace años puesto que hasta el momento hemos sido socios en diversas empresas, y puedo asegurarle que la ostentación no forma parte de su carácter.- Desviar el tema parece que ha moderado los ánimos de tu interlocutor, quien por un instante accede a entablar conversación.- Si le soy sincero me cuesta recordar alguna ocasión en la que le haya visto asistir a un evento de estas características, mucho menos organizarlo, por lo que estoy seguro de que sea cual sea el motivo de nuestro anfitrión se trata de algo importante, al menos para él.


Concedes unos segundos al señor Tessier, quien ahora parece observar con curiosidad al resto de asistentes, como si hasta ese momento no se hubiera percatado de su presencia.


- Mírelos a todos ellos, bebiendo y riendo, ajenos por completo al horror que se desata en el resto de Europa, más aún, urdiendo planes para beneficiarse de su neutralidad en el conflicto.- Su rostro vuelve a adquirir un tono duro.- Millares de mis compatriotas están entregando sus vidas heroicamente en la defensa del río Marne, tan cerca de París que las tropas se desplazan al frente utilizando los taxis de la ciudad. No puedo seguir ignorando la situación, y ahora, si me disculpa, otros asuntos me apremian.


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Decides acercarte al hombre rechoncho y con síntomas de embriaguez, el cual sigue contando anécdotas de dudoso gusto que sólo le hacen gracia a él. Las víctimas de sus ocurrencias se encuentran claramente incómodas con la situación, pero todos se esfuerzan en ser educados.


- Es usted realmente ingenioso, señor Merino… ahora mismo no, pero quizá tome esa copa con usted más tarde.- Uno de los invitados intenta excusarse sin demasiado éxito, pero al ver que te acercas emite un suspiro de agradecimiento y aprovecha para huir despavorido.


Tras oír el nombre caes en la cuenta, todo el mundo en el cuerpo de policía conoce al señor Cristóbal Merino, un alto funcionario del ayuntamiento sobre el que recaen numerosas sospechas de corrupción.


- ¡Bienvenido a la fiesta! Por favor, sírvase una copa.- Cuando repara en tu presencia, el señor Merino se dirige a tí animadamente.- Vamos, en confianza, sepa que soy íntimo amigo del señor Rovira, eso me permite ejercer de anfitrión en su ausencia.- El funcionario estalla en carcajadas, como si acabase de hacer una broma que únicamente él entiende.