La joven realiza un expresivo gesto de consideración y te devuelve una amplia sonrisa pícara.

- Vaya, de forma que nuestro insigne inspector estrella necesita de mis servicios para ubicarse en esta pequeña fiesta.- Inés se aferra de manera desenfadada a tu brazo, regodeándose abiertamente con la situación, y comienza a caminar por la terraza. Cada vez que pasáis cerca de un grupo de invitados tu acompañante inicia un pormenorizado relato de los gustos y tendencias de cada uno de ellos. Tras un corto periodo de tiempo estás al tanto de la mayoría de chismorreos relacionados con los asistentes.

- Hay una cosa más, se supone que es una sorpresa y que nadie lo sabe aún, pero la verdad es que nunca he sido buena guardando secretos.- La joven te mira con intensidad antes de ponerse de puntillas para acercar su rostro al tuyo y susurrarte al oído.- La intención del señor Rovira esta noche es la de presentar en sociedad al que será su heredero, un muchacho joven al que poca gente conoce, hijo de su sobrina al parecer.

Por un momento tu interés se divide entre la información recibida y la cautivadora presencia de la señorita Valverde.

- Por supuesto, entiendo que tenga reservas a la hora hacer comentarios al respecto, yo también querría pasar página si hubiera tenido que ser testigo de primera mano de semejantes horrores.- El hombre desvía la mirada hacia su libreta.

- ¿Sabe qué? En realidad no estoy en esta fiesta como invitado. El señor Rovira solicitó, o más bien exigió, que uno de nuestros reporteros viniera a cubrir el evento, y que se asegurara de registrar con todo detalle lo que aconteciera durante el transcurso de la velada. Sin duda ese comunicado que parece que va a hacer debe tratar sobre algo tremendamente relevante. Y ahora si me disculpa, es mi obligación volver al trabajo.- Dice el hombre señalando la libreta.