Item Descripción Valor

39

- Explíqueme señor agente, si puede, ¿qué alternativas tiene el obrero que se consume en la fábrica mientras su patrón vive en la opulencia? ¿de qué opciones dispone la madre que ve cómo sus hijos pasan hambre? La violencia no es más que el resultado lógico de la injusticia crónica imperante, el último recurso de los desesperados.


El joven ha perdido la compostura por unos segundos y su respuesta ha tenido un tono más alto de lo que había pretendido, atrayendo la atención de algunos invitados cercanos que os observan con semblante sorprendido, pero sin intervenir.


- Personalmente no me parece extraño que haya personas que se echen al monte como auténticos pistoleros y emprendan una vida de crimen.- Cuando retoma el diálogo, su voz es apenas un susurro y ha adquirido un claro matiz de amenaza.- Resulta lícito buscarse la vida al margen de la ley cuando ésta se halla tan podrida que permite nidos de corrupción e inmoralidad en todos los rincones. La clase obrera comprenderá, tarde o temprano, que para prosperar no son necesarios ni dios ni amo.


A la vez que pronuncia su pequeño alegato comienza a agitar enérgicamente su dedo índice a escasos centímetros de tu cara. Cansado de sus impertinencias le sujetas velozmente la muñeca y le obligas a retirar la mano. Dolido, el joven te mira con fuego en los ojos.


- Estaré encantado de continuar esta animada discusión más tarde, le espero en el jardín del patio inferior tras el comunicado del señor Rovira.


52

- Buenas noches, señor inspector.- Aún no has acabado de examinar el amplio abanico de invitados diseminados por la terraza cuando te ves sorprendido por una suave voz femenina. Giras inmediatamente sobre ti mismo para encontrarte frente a una atractiva joven con un llamativo vestido, largo y entallado, de color rosa pálido. El sofisticado recogido de su pelo está adornado con un tocado de flores a juego con los bordados de la falda.


- Disculpe mi atrevimiento, pero creo haberle reconocido por las fotos en los periódicos.- La mujer te observa con ojos vivaces y confiados, como si le divirtiera tu expresión de sorpresa ante su interrupción.- Es usted el famoso inspector Espasa, ¿verdad? Oh qué emocionante, mis amigas se morirán de envidia cuando se lo cuente. Mi nombre es Inés Valverde, y ninguna fiesta en esta ciudad está completa sin mi asistencia.


La joven te tiende la mano en un gracioso gesto mientras continúa parloteando atropelladamente sin apenas darte a tiempo a intervenir. Realmente parece encontrarse en su elemento, así que quizá merezca la pena dedicarle unos minutos.