Item Descripción Valor

No tardas en regresar al punto anterior, dirías que has hecho lo mismo que hizo Paco, pero esta vez los rayos que surgen no tienen efecto sobre ti Quizá si que era necesario que lo hicieras tu, puede que a tu amigo se le haya pasado algo por alto.

Duplicas Epsilon12 y mientras lo haces eres consciente de que está mal, que eso puede inducir a que el bolómetro se desestabilice, pero algo te está forzando a hacerlo. Por algún motivo no puedes detenerte ahora.

Del bolómetro comienza a surgir una especie de materia de color verde oscuro y de ella surgen una gran cantidad de nuevos rayos verdes que esta vez parecen ser mucho más agresivos y peligrosos, pero como antes, no tienen efecto sobre ti. Finalmente los rayos cesan.

El pequeño agujero de color verdoso se acaba de convertir en una especie de vórtice de casi dos metros de alto por algo menos de uno de ancho. La parte exterior del mismo es de un color verde oscuro algo brillante, y va tornándose al negro más profundo que nunca habías visto.

Poco a poco recuperas el control y de nuevo tu cuerpo responde plenamente a tus pensamientos y tus órdenes. ¿Has ido demasiado lejos? Quizá debas apagarlo... o, puede que...

Como guiado por un canto de sirena das un paso atrás, otro y te encaminas a la sala. Parpadeas y te detienes. Cuando eres consciente de lo que ibas a hacer no puedes evitar pensar si estaría bien o mal. Quizá acercase y tocar el vórtice, no sea tan mala idea después de todo.

La curiosidad; esa gran aliada de los científicos. Te ha llevado hasta donde estás ahora mismo, te ha ayudado a tener tu propio laboratorio y es la que te hace pensar que la mejor idea es tocar aquel vórtice.

Levantas tu mano, y nada mas entrar en contacto con la sustancia verdosa sientes un fuerte tirón que te absorbe hacia el interior.

Abres los ojos y ves que te encuentras rodeado de oscuridad. Mueves los pies pero no encuentras nada sobre los que apoyarlos. Los brazos tampoco alcanzan a tocar nada. Es como si estuvieras flotando.

Una profunda, grave y ronca respiración que parece provenir de todas las direcciones hace que se te erice el cabello de todo el cuerpo y es entonces cuando lo ves.

Cientos de tentáculos surgen de lo que podría ser un enorme rostro deformado situado a un par de metros de ti... Uno de ellos se acerca a ti, y con lentitud comienza a atravesarte el estómago hasta que sale por la espalda. No has sentido dolor, ha sido como si tu cuerpo fuera mantequilla. Tus ojos están fijos en aquel rostro y pronto pierdes toda consciencia de ti mismo, sumergiéndote en la oscuridad del lugar que te rodea.