Item Descripción Valor

Creo que nunca aprenderé. Ya me lo decían mis padres. ¡Nunca te vayas con extraños!.

Todo fue una emboscada, me llevó a una fabrica donde un grupo de hombres con máscaras me debieron disparar un dardo.


Cuando me desperté me di cuenta que era demasiado tarde, tenía una mordaza en la boca, los brazos y piernas atadas por la espalda, además notaba el calor de mi propia sangre recorriendo mi rostro, el dolor en la cabeza era punzante, posiblemente me golpeara al caer al suelo.

Debía de estar en la parte de atrás de alguna furgoneta o camión pequeño, no se a donde me llevaban ...