Item Descripción Valor

Consigo evitar el resto de controles, y sigo por un tiempo a algunas familias, la mayoría demasiado débiles como para llegar lejos. Aunque me dan pena no puedo pararme en su auxilio, debo darme prisa en salir de ahí.

Llegado el momento decido ir por sendas secundarias, menos transitadas.

Habría que estar loco para no salir de ahí, como voy a sacar partido durante un ataque de los saqueadores más sangrientos de los mares. Esta claro que no he venido en un momento propicio para mi enriquecimiento personal. Aunque es cierto que mi abuelo, siempre decía que, la fortuna, llegaba detrás de los grandes riesgos. Me imagino que nunca se vio con la tesitura de bárbaros sedientos de sangre y tesoros, o la vida.

Después de unas horas de marcha empezaron a formarse grupos de familias, y personas que empezaban a organizar las paradas que deberían hacerse, proponían senderos y granjas en las que coger víveres. Un hombre anciano llamado Berto lideraba el grupo en el que me encontraba, seríamos en este momento cerca de la treintena. 

- Bien debemos planificar donde parar, si seguimos así mañana estaremos agotados y no tendremos fuerzas para seguir. - Dijo Berto a los "cabeza" de familia, que eran o tullidos o chicos de poco mas de diez años - Iria ya debe de estar avisada del ataque - prosiguió - , si todo va bien tardaran dos o tres día en que las fuerzas invasoras se planteen salir de la ciudadela, la mayoría de los barcos no pararan en Oeste.