Item Descripción Valor

Le cuentas a Paco tu teoría, que es posible que haya algo que este luchando por controlar tu mente, que has tenido la sensación de que no eres dueño de tus actos. Su primer reflejo es extrañarse, posiblemente no creerte, pero un sonido seco y muy fuerte llama tu atención. Uno de los técnicos ha arrojado a otro contra el cristal. Su cuello se ha partido y ahora luce inerte en el suelo y un manchurrón de sangre decora la cristalera justo por donde una pequeña raja amenaza con romperlo.

El tiempo parece ser crucial, hay que actuar rápido antes de que sea demasiado tarde. Activar el sistema de descontaminación de la sala provocaría la muerte de de los técnicos y detendría aquel incidente, pero... ¿matarías a tus compañeros?

Una llamada y el ejército no tarda más de 15 minutos en presentarse. Os han sugerido que no os movierais del lugar, pero que buscarais un lugar seguro y dejarais el teléfono encendido para poder localizaros.

El escenario cada vez es peor. Vuestro coche ha sido engullido junto a unos pocos más por la propia tierra de la montaña. Del suelo comienzan a surgir una especie de babosas enormes que no parecen tener ojos, ni boca, ni una parte delantera o trasera; y se adhieren a árboles y animales.

Para cuando el primer helicóptero llega vuestro escondite ha sido destruido y solo podéis correr evitando todo lo que va apareciendo a vuestro paso, extrañas criaturas que o bien han sido deformadas, o directamente no pertenecen a la Tierra.

Corréis en busca de ayuda, una cuerda, una escalera lo que sea, pero vuestras esperanzas caen al igual que lo hace la aeronave cuando un gigantesco tentáculo surge del suelo, derribándola.

Paco y tu os detenéis en seco, miráis a vuestro al rededor y finalmente asumís que este, es vuestro final.