Entras en la sala y te diriges directamente al bolómetro, con la idea bien clara en la cabeza, mientras Paco mira temeroso desde el otro lado del cristal. En la sala de control..

Levantas el brazo y un rayo impacta directamente en tu pecho, otro en tu brazo y un tercero en la mano. El dolor es tan fuerte que te ves forzado a caer de rodillas y poco a poco vuelves a sentir como pierdes el control.  Algo de nuevo está controlando tus acciones y parece que ahora lo que va a hacer es tocar el vórtice.

Paco se da cuenta y te grita, golpea el cristal. Con un último esfuerzo te giras y lo ves, te percatas de su mirada, de las lágrimas que caen por su rostro justo antes de activar el sistema de descontaminación de la sala.

Notas como el aire comienza a desaparecer. Primero sientes que recuperas el control de tu mente y poco a poco como pierdes las fuerzas y finalmente la consciencia. 

La mano de Paco se resbala por el cristal y su rostro ahora mira al suelo. Finalmente todo se vuelve negro.

Salir, cerrar y esperar a quien tenga la capacidad de solucionar aquello. A toda velocidad los técnicos corren escapando de aquella sala.

Tu te quedas algo rezagado mientras vas cambiando los códigos de seguridad, solo por si acaso.

Paco está junto a ti, siempre a tu lado como hasta ahora, con la cara ensangrentada. 

Una idea se va apoderando de tu mente. Si solamente dejaras sin sellar las puertas, Paco no se daría cuenta. Nadie lo haría...