Item Descripción Valor

La curiosidad; esa gran aliada de los científicos. Te ha llevado hasta donde estás ahora mismo, te ha ayudado a tener tu propio laboratorio y es la que te hace pensar que la mejor idea es tocar aquel vórtice.

Levantas tu mano, y nada mas entrar en contacto con la sustancia verdosa sientes un fuerte tirón que te absorbe hacia el interior.

Abres los ojos y ves que te encuentras rodeado de oscuridad. Mueves los pies pero no encuentras nada sobre los que apoyarlos. Los brazos tampoco alcanzan a tocar nada. Es como si estuvieras flotando.

Una profunda, grave y ronca respiración que parece provenir de todas las direcciones hace que se te erice el cabello de todo el cuerpo y es entonces cuando lo ves.

Cientos de tentáculos surgen de lo que podría ser un enorme rostro deformado situado a un par de metros de ti... Uno de ellos se acerca a ti, y con lentitud comienza a atravesarte el estómago hasta que sale por la espalda. No has sentido dolor, ha sido como si tu cuerpo fuera mantequilla. Tus ojos están fijos en aquel rostro y pronto pierdes toda consciencia de ti mismo, sumergiéndote en la oscuridad del lugar que te rodea.

Intentas hacer razonar al técnico, lo llamas por su nombre, le recuerdas algunos momentos vividos con él, pero sin que puedas reaccionar se abalanza sobre ti y lanza un mordisco contra tu cuello que hace que retrocedas y choques contra las consolas.

Puedes notar como trata de masticarlo mientras muerde y tus gritos se ahogan por la sangre que sale a borbotones de tu garganta.

Es entonces cuando se abre la puerta y ves entrar a Paco. Al ver la situación agarra una silla y golpea en la espalda al técnico. Lo hace varias veces, incesante, hasta que el técnico tiene que estar muerto.

Se acerca entonces a ti y coloca su mano en tu cuello. Tu sientes que aquello no tiene solución, pero al menos vas a morir junto a tu amigo. Te agarra la mano y coloca su frente contra la tuya. Cierra los ojos y una lágrima cae por su mejilla hasta tus ojos, ahora cerrados también...