Item Descripción Valor

Decides que Paco es totalmente autosuficiente y capaz de encargarse de los posibles contra tiempos que puedan aparecer. Sonríes a tu amigo y comienzas a ponerte el traje de seguridad para entrar en la sala del bolómetro.

Cuando estas listo te encaminas a la puerta de seguridad custodiada por los dos guardas, que al verte sonríen y asienten con sus cabezas. Abren la puerta y pasas al interior.

La sala es pequeña, el espacio es relativamente justo. Hay un par de carritos con herramientas para hacer mediciones en la sala así como varias para realizar pequeñas reparaciones insitu.

Miras el bolómetro. Ese pequeño aparato, aquello es a lo que te han llevado tus últimos años de vida, de estudio, de dedicación casi absoluta. A su alrededor la maquinaria que lo hace funcionar.

Notas como el traje acrecenta el sonido de tu respiración justo cuando te giras y ves que al otro lado del cristal, Paco y un par de técnicos más aguardan a que des el visto bueno para iniciar el experimento.

Elevas tu mano con el pulgar levantado y Paco da la orden. Un lejano ruido comienza a escucharse por la sala. Va en aumento, al igual que el porcentaje de potencia del bolómetro. Es en uno de esos momentos en los que puedes sentir lo que te han dicho tus compañeros. Es como si la electricidad pasara a través de ti, o como si estuvieras desnudo en la playa y una gran vendaval hiciera que millones de diminutas partículas de arena golpearan tu cuerpo. No es doloroso, y el sonido llega un momento en el que se deja de escuchar.

Un pequeño punto de luz verde aparece en el bolómetro. Eres consciente que ese es el límite al que habéis llegado. Nunca habéis pasado de ahí. El punto se mantiene, y tu mirada se queda fija en el mismo. 

- Aumento la potencia - 

Escuchas por el pequeño altavoz instalado en la sala. Es Paco. Cuando lo hace el punto poco a poco va haciéndose más grande, hasta que se estabiliza en un círculo de poco más de cinco centrímetros de diamétro. Te acercas curioso mientras los dos técnicos de la sala van haciendo su trabajo y un rayo sale del interior del punto verde y te atraviesa. 

Llevas tus manos al pecho, no hay dolor. Miras a tu alrededor y ves que no ha sido un único rayo. Hay por lo menos media docena de ellos saliendo del bolómetro y chocando contra las paredes, atravesando sin mayores implicaciones aparentes a tus compañeros de la sala.

- Que es eso, ¿estáis bien? - 

Paco pregunta claramente nervioso. Asientes con la cabeza girándote y viendo sus caras de sorpresas. Paco está inmóvil, esperando posiblemente una señal tuya sobre como proceder...

Aunque la tentación es fuerte, eres el responsable de que todo vaya bien, solo tú has estado siempre ahí. Los números de las pantallas, los indicadores y parámetros... tu eres quien ha establecido los límites. Si algo se sale de escala solo tú podrías ser capaz de adaptar el sistema para aguantar lo que pueda ocurrir.

Paco acompaña a los técnicos al interior. Se visten con sus trajes y la puerta se cierra tras ellos con aquel característico sonido de sellado que tantas otras veces has escuchado. La luz verde del monitor cuatro indica que todo está correcto en el interior.

Das la orden que todos estaban esperando y el bolómetro se activa.

Todos los indicadores están en sus valores cuando alcanza el 60% de potencia. Más allá de aquí nunca ha sido probado, pero para eso habéis trabajado tanto. El técnico encargado de subir la potencia te mira, asientes y la va aumentando poco a poco.

Los valores siguen estables, todo para ir bien.

70% de potencia y puedes notar como se te eriza el vello de los brazos.

80%, un pitido estridente hace que todo el mundo mire el monitor 1. Algo no va bien, Lambda36 está disparándose, aumentando de forma exponencial. Los técnicos de la sala de control, dubitativos, te miran.

En el interior Paco da un golpe al cristal para llamar tu atención. Del bolómetro están saliendo unos finos rayos verdes que se extienden hasta las paredes. Desaparecen al contactar con los muros.

Detener el experimento ahora podría suponer el final del mismo. Sabes que ya no queda casi dinero ni tiempo. Los inversores piden resultados, pruebas de que no están tirando su dinero. Pero... ¿Serás capaz de solucionarlo sin poner en riesgo a tus compañeros?