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Antes que nada, lo primero es darte las gracias por haber llegado hasta aquí, que al fin y al cabo, el motivo principal por el que he escrito en Autorol es para compartir esta y, espero, otras historias que escribiré en un futuro. Y lo segundo, como no, es esperar que, independientemente de las decisiones que hayas tomado y del camino que hayas recorrido durante la historia, hayas disfrutado de todo el trayecto… y que la sorpresa final te haya cogido, valga la redundancia, por sorpresa.

El motivo de ese giro final, motivo que espero no suene demasiado presuntuoso, ha sido porque quería hacer una historia, dentro de lo que cabe, típica, pero dándole la vuelta de tal forma de que, tras haberte identificado con el/la protagonista, al llegar al final descubras que nada era lo que creías, ni siquiera tú mismo/a, y que en realidad ha sido todo lo contrario… y con ello intentar hacerte ver que toda historia, sin importar cual sea, depende del punto de vista del que la cuenta. Espero, aunque sea mínimamente, haberlo conseguido.

Dicho esto, poco me queda más que volver a agradecerte tu interés por mi pequeña historia, esperar que la hayas disfrutado e invitarte a volver a jugar la historia para que puedas explorar otros caminos o simplemente para leerla con lo que ahora sabes. Además, siéntete libre de dejar en los comentarios tus opiniones sobre la historia, tus críticas, tus sugerencias, o lo que se te ocurra… cualquier comentario es bienvenido y agradeceré todos y cada uno de ellos, pero eso sí, ten cuidado de no poner spoilers, para que así los que aún no la hayan leído puedan sorprenderse al igual que tú.

De nuevo, muchas gracias.

Cuando tras varias horas de salto finalmente saliste del espacio enemigo y entraste en territorios amistosos, tu nave fue interceptada por una patrulla fronteriza a causa de tu vector de entrada, y te pusieron en detención mientras comprobaban tu historia, puesto que al principio nadie creyó tus explicaciones. Al fin y al cabo, lo que contabas era imposible, nadie podía haber escapado de aquel lugar… pero los datos de navegación de tu nave lo corroboraban, especialmente tras comprobar que no habían sido manipulados. Habías dicho la verdad… no solo habías estado allí, sino que habías pisado y permanecido en aquel inmundo y mortífero planeta durante varios y habías sobrevivido para contarlo sin heridas ni secuelas físicas, incluso aunque fuese por pura suerte.

Claro que eso no significaba que hubieses salido indemne, puesto que nadie podía vivir aquello y no ser afectado. Aquellos 11 espantosos e interminables ciclos poblarían tus pesadillas por el resto de tu vida, haciendo que revivieses cada noche el tiempo que habías pasado en la Tierra, el centro neurálgico del atroz Imperio Humano y cuna de la maldita humanidad, los enemigos de todas y cada una de las especies civilizadas, la mayor y más terrible plaga del universo conocido.