Item Descripción Valor





La nave estaba demasiado lejos, y había demasiadas de aquellas criaturas en el camino, no lograrías llegar a tiempo a la nave… pero tal vez sí que pudieses ocultarte antes de que el camuflaje fallase, puesto que habías visto un acceso a la red de túneles del lugar cerca de donde estabas. Sin perder un instante, corriste hacia allí, apartando a cualquiera de aquellas criaturas que se interpusiese en tu camino, cruzando la entrada sin molestarte en detenerte en el chequeo rutinario que había en ella.

Eso, evidentemente, provocó que te empezasen a perseguir, pero no te importaba… el camuflaje estaba a punto de acabar, tenías que llegar a los túneles. Finalmente, tras descender varios niveles, y con la seguridad del lugar a punto de alcanzarte, llegaste a tu objetivo. Por desgracia, el transporte que recorría el túnel estaba a punto de llegar, por lo que apretaste aún más el paso. Tú única opción era adentrarte en el túnel antes de que fuese bloqueado, así que saltaste justo cuando el transporte llegaba… logrando pasar por apenas unos centímetros. Tras de ti habías oído gritos… ¿eran por verte saltar y casi ser arrollado o porque tu camuflaje había fallado antes de que saltases?

No tenías ni idea, pero tu camuflaje ya no funcionaba y tenías que alejarte de allí antes de que fuesen en tu búsqueda, pero… ¿Continuabas hacia tu nave por los túneles? ¿O te ocultabas en ellos hasta que cayese la noche?

Aun no te explicabas como había podido pasar aquello, como un salto rutinario y, en teoría, controlado, te había llevado a aquel lugar, el más peligroso de todo el universo conocido, el mundo donde se había originado lo que entre las especies civilizadas se conocía como La Gran Plaga. Una especie de horribles y depravadas criaturas que, a pesar de su inteligencia, lo único sabían consumir y reproducirse sin control alguno. Una especie que había formado un Imperio que asolaba sistema tras sistema, mundo tras mundo, devorando sus recursos hasta volverlos completamente yermos. Y tú estabas en su centro.

A años luz de cualquier lugar mínimamente seguro o civilizado, lejos de todo lo que conocías y con una nave averiada entre los miles de millones de aquellas criaturas que habitaban en ese planeta, los millones que había en el asentamiento en el que te encontrabas, aquella especie de urbe, si es que se le podía llamar así, llena de construcciones y estructuras que se extendían hasta donde la vista alcanzaba y se alzaban hacia un cielo oscurecido por las permanentes nubes de desechos que hasta ocultaban la luz de su sol… y sin embargo, seguías con vida, lo cual era todo un logro.

Al menos, de momento.