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Izquierda. Derecha. Derecha. Izquierda otra vez, y luego a la derecha una vez más. Corriste para dejar atrás a los que te perseguían, corriste tan rápido como podías intentando despistarles por aquellos oscuros y tortuosos caminos, algo que poco a poco ibas consiguiendo, puesto que cada vez les sacabas más distancia. ¿Quiénes eran? ¿Cómo te habían descubierto? ¿Por qué no había drones y más patrullas persiguiéndote? ¿Por qué...?

Tus pensamientos se vieron interrumpidos cuando, tras tu último giro, te viste en un camino sin salida. Rápidamente volviste sobre tus pasos, pero la bifurcación que acababas de pasar también daba a otro camino sin salida, por lo que tuviste que retroceder aún más… y por desgracia, antes de que pudieses encontrar otro camino alternativo, tus perseguidores te dieron alcance. A juzgar por sus expresiones y su actitud, resultaba evidente que esperaban precisamente esa situación. Estaba claro que conocían aquellos caminos mucho mejor que tú, y antes de que pudieses intentar algo más, te dispararon. Para tu sorpresa, no eran armas militares, sino antiguas, de munición balística, algo que no cuadraba si realmente eran parte de las Fuerzas de Seguridad… claro que no por ser antiguas dichas armas resultaban menos mortales que las modernas.

En el suelo y con heridas mortales, la oscuridad se iba apoderando de tu mente cuando el camuflaje debió fallar a causa de los daños, lo que hizo que las últimas palabras que escuchaste antes de morir fueran de sorpresa.

No hay tiempo de pensar, solo de correr. Correr para salir de en medio de aquella masa de criaturas que no tardarían en darse cuenta de que no eras como ellas. Correr para llegar a tu nave y salir de aquel inmundo planeta antes de que te matasen o algo peor.

Conforme apartabas de tu camino a aquellos seres, empezaste a escuchar gritos que identificaste como sorpresa, enfado, indignación… pero no te importaba, tenías que correr aún más rápido. Y entonces, esos gritos empezaron a transformarse en gritos de miedo y horror, pues tu camuflaje había terminado de fallar… lo cual solo hizo que acelerases el paso aún más. Al menos ahora se apartaban de tu camino, permitiéndote ir más rápido. Ya habías recorrido casi tres cuartas partes de la distancia que te separaba de tu nave cuando tu brazo se sumió en una explosión de dolor. Las fuerzas de seguridad habían empezado a llegar y a disparar, y uno de los disparos te había alcanzado… pero eso no te detuvo. Tenías que seguir adelante, no podías frenar…

Otro impacto te alcanzó en el torso… dos más en la espalda… ya apenas podías avanzar un paso más cuando más disparos te alcanzaron, terminando de una vez con tu vida. Al menos, tu muerte había sido rápida…