Item Descripción Valor





Sabes que ahora que tu camuflaje ya no funciona, serás rápidamente descubierto en el mismo instante en el que te vean, por lo que ir ahora, en pleno día, a por tu nave es un suicidio. Tú única posibilidad es que no hayan llegado a verte en tu forma real antes de que desaparecieses en la oscuridad del túnel.

Manteniendo esa débil esperanza en tu mente, te adentraste todo lo posible en los túneles, evitando aquellos que parecían más usados para no toparte con ninguna de aquellas criaturas por accidente. Los minutos fueron pasando, luego las horas… con la oscuridad envolviéndote por completo, temiendo cualquier ruido, sobresaltándote con cada murmullo que tu mente creía escuchar, esperando que en cualquier momento apareciesen los pelotones de búsqueda que estarían peinando los túneles si es que habían llegado a ver tu autentica forma. La espera se te hizo eterna… pero por suerte, nada sucedió. Finalmente, habiendo dejado pasar un tiempo prudencial tras el momento del anochecer, te atreviste a dirigirte hacia tu nave.

Por suerte para ti, no solo no encontraste a nadie durante el trayecto, sino que incluso encontraste una salida relativamente cercana a donde estaba tu nave, y el lugar estaba desierto. A la carrera, te lanzaste hacia la nave al tiempo que desactivabas el desfase dimensional que la ocultaba. Un instante después entrabas en ella para, inmediatamente, alinear el conmutador dañado y parchear el relé principal con las piezas que habías conseguido. El tiempo corría, pues sin el desfase, la nave no tardaría en ser detectada… pero antes de que lo fuese, conseguiste terminar, despegar y abandonar aquel inmundo planeta, saltando al espacio civilizado en cuanto saliste de la atmosfera.

La expresión de sorpresa en el rostro de aquel ser era demasiado aguda como para que estuviese esperando a que aparecieses… o al menos esperabas que aquella expresión fuese realmente de sorpresa, puesto que no era fácil dilucidar el significado de las expresiones de tan grotescas criaturas. Así pues, esperando tener razón, señalaste al lugar de donde venías, alegando que te estaban persiguiendo.

Por suerte para ti, no solo no te habías equivocado respecto al significado de su expresión, sino que justo en ese momento aparecieron tus perseguidores, los cuales, al ver la patrulla, dieron media vuelta y huyeron. Y lo que era aún mejor, los miembros de la patrulla, seguidos por un dron aéreo, salieron tras ellos. Habías tenido suerte… mucha suerte. Y dado que lo mejor era no abusar de ella, en cuanto la patrulla se adentró en los oscuros caminos de los que habías salido, rápidamente pusiste rumbo a donde estaba tu nave.

El lugar donde la habías ocultado estaba desierto, por lo que sin perder un instante, desactivaste el desfase dimensional que la ocultaba. En cuanto estuviste dentro, rápidamente te pusiste a alinear el conmutador dañado y a parchear el relé principal con las piezas que habías conseguido, sabiendo que mientras lo hacías, el desfase no podía volverse a activar… y sin él, no tardarían en detectar la nave. Pero la suerte seguía de tu lado, y antes de que pudiesen hacerlo, despegaste, alcanzando rápidamente velocidad de escape para, una vez en el espacio, saltar al espacio civilizado, alejándote de aquel infecto lugar.