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Antes que nada, lo primero es darte las gracias por haber llegado hasta aquí, que al fin y al cabo, el motivo principal por el que he escrito en Autorol es para compartir esta y, espero, otras historias que escribiré en un futuro. Y lo segundo, como no, es esperar que, independientemente de las decisiones que hayas tomado y del camino que hayas recorrido durante la historia, hayas disfrutado de todo el trayecto… y que la sorpresa final te haya cogido, valga la redundancia, por sorpresa.

El motivo de ese giro final, motivo que espero no suene demasiado presuntuoso, ha sido porque quería hacer una historia, dentro de lo que cabe, típica, pero dándole la vuelta de tal forma de que, tras haberte identificado con el/la protagonista, al llegar al final descubras que nada era lo que creías, ni siquiera tú mismo/a, y que en realidad ha sido todo lo contrario… y con ello intentar hacerte ver que toda historia, sin importar cual sea, depende del punto de vista del que la cuenta. Espero, aunque sea mínimamente, haberlo conseguido.

Dicho esto, poco me queda más que volver a agradecerte tu interés por mi pequeña historia, esperar que la hayas disfrutado e invitarte a volver a jugar la historia para que puedas explorar otros caminos o simplemente para leerla con lo que ahora sabes. Además, siéntete libre de dejar en los comentarios tus opiniones sobre la historia, tus críticas, tus sugerencias, o lo que se te ocurra… cualquier comentario es bienvenido y agradeceré todos y cada uno de ellos, pero eso sí, ten cuidado de no poner spoilers, para que así los que aún no la hayan leído puedan sorprenderse al igual que tú.

De nuevo, muchas gracias.

Sabes que ahora que tu camuflaje ya no funciona, serás rápidamente descubierto en el mismo instante en el que te vean, por lo que ir ahora, en pleno día, a por tu nave es un suicidio. Tú única posibilidad es que no hayan llegado a verte en tu forma real antes de que desaparecieses en la oscuridad del túnel.

Manteniendo esa débil esperanza en tu mente, te adentraste todo lo posible en los túneles, evitando aquellos que parecían más usados para no toparte con ninguna de aquellas criaturas por accidente. Los minutos fueron pasando, luego las horas… con la oscuridad envolviéndote por completo, temiendo cualquier ruido, sobresaltándote con cada murmullo que tu mente creía escuchar, esperando que en cualquier momento apareciesen los pelotones de búsqueda que estarían peinando los túneles si es que habían llegado a ver tu autentica forma. La espera se te hizo eterna… pero por suerte, nada sucedió. Finalmente, habiendo dejado pasar un tiempo prudencial tras el momento del anochecer, te atreviste a dirigirte hacia tu nave.

Por suerte para ti, no solo no encontraste a nadie durante el trayecto, sino que incluso encontraste una salida relativamente cercana a donde estaba tu nave, y el lugar estaba desierto. A la carrera, te lanzaste hacia la nave al tiempo que desactivabas el desfase dimensional que la ocultaba. Un instante después entrabas en ella para, inmediatamente, alinear el conmutador dañado y parchear el relé principal con las piezas que habías conseguido. El tiempo corría, pues sin el desfase, la nave no tardaría en ser detectada… pero antes de que lo fuese, conseguiste terminar, despegar y abandonar aquel inmundo planeta, saltando al espacio civilizado en cuanto saliste de la atmosfera.