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El salto de regreso al espacio civilizado duró varias horas, prácticamente todo un ciclo, y tuvo más complicaciones de las que esperabas, aunque no por el viaje en sí, sino más bien por la herida que habías recibido. En primer lugar porque los suministros médicos de tu nave se habían perdido cuando te estrellaste en aquel inmundo planeta, y segundo porque por desgracia, la herida, que en principio no tenía que haber sido especialmente grave, se había infectado con rapidez, seguramente a causa de toda la maldita contaminación que impregnaba toda la atmosfera de aquel horrendo mundo.

Cuando finalmente te encontraron, la infección se había extendido y tú delirabas con las imágenes que la Vieja Tierra había dejado en tu mente. Por suerte para ti, al ver tu estado, la patrulla que te encontró te llevó rápidamente a un centro médico donde pudieron tratarte, salvando a si tu vida, aunque por desgracia, fueron incapaces de librarte de las secuelas que la humanidad había dejado en ti. Secuelas tanto físicas a causa de la herida, como psicológicas a causa de la experiencia.

Nunca volverías a ser como antes de tu encuentro con los humanos… y en no pocas ocasiones, especialmente en la oscuridad de la noche, ni siquiera el hecho de haber podido escapar con vida del corazón del Imperio Humano bastaba para compensarte.

Poco a poco, la oscuridad de tu mente fue despejándose, permitiendo que empezases a poder escuchar lo que pasaba a tu alrededor, donde dos de aquellos malditos seres parecían conversar.

-¿Cómo ha llegado ese maldito alienígena hasta aquí? ¿Qué buscaba?

-No lo sabemos, pero lo averiguaremos. Los técnicos están revisando la nave en estos momentos.

-De acuerdo, pero que no la dañen… quien sabe lo que podremos conseguir de su tecnología.

-Entendido. Por otra parte… espera, parece que se está despertando… ¡Administradle otra dosis, rápido!

De nuevo, el efecto de lo que te habían dado empezaba a debilitarse, y con ello, volvías a ser consciente de tu alrededor. Esta vez estabas en un lugar diferente, con sujeciones por todos lados que te mantenían boca arriba y con numerosas luces enfocándote.

-Está despierto, escanead sus patrones mentales y las respuestas neuronales durante la vivisección. Y no permitáis que muera… no todos los días conseguimos especímenes vivos y en buen estado con los que poder experimentar sin limitaciones.

Lo siguiente que notaste fue el dolor cuando empezaron a abrirte en canal… y supiste que aquel dolor sería lo único que experimentarías en lo que te quedaba de vida. Una vida como sujeto de experimentos de los malditos humanos.