Item Descripción Valor





Despertaste con tu cuerpo recostado bocarriba, con una brillante luz iluminándote desde el techo y totalmente inmovilizado a pesar de que no podías mover ni siquiera un musculo. O más bien, lo que realmente sucedía es que eras incapaz de sentir tu cuerpo. Lo único de lo que eras consciente era de la luz sobre ti y de las voces a tu alrededor.

-¿La herida está controlada? No podemos dejar que muera…

-Si, la hemos tratado sin problemas.

-¿Y el resto de operaciones?

-Según lo previsto.

-Excelente… recordad que la conservación de su vida es prioritaria. No podemos perder al sujeto…

Las palabras que escuchabas no hacían más que aumentar tus temores ¿Qué te estaban haciendo? Por desgracia, no tardaste en averiguarlo, cuando tus ojos finalmente se acostumbraron a la luz y pudieron distinguir el espejo que había tras esta. Un espejo que te permitía verte por completo… y te hizo gritar en tu mente, ya que te era imposible hacerlo físicamente. Incisiones, músculos seccionados, huesos segmentados, órganos al descubierto… te estaban viviseccionando por completo, y no solo no podías hacer nada para evitarlo, sino que sabías que aquello no había hecho más que comenzar.

Y como si te hubiesen leído los pensamientos, una de aquellas repugnantes criaturas, uno de aquellos malditos humanos se acercó a donde estabas y empezó a practicar, con tortuosa meticulosidad, una nueva incisión en tu ya destrozado cuerpo. Aquel fue el primer día de tu vida como Sujeto 132DF68, un mero espécimen con el que los científicos del Imperio Humano experimentarían durante el resto de tu vida… y muy posiblemente también tras tu muerte.

Izquierda. Derecha. Derecha. Izquierda otra vez, y luego a la derecha una vez más. Corriste para dejar atrás a los que te perseguían, corriste tan rápido como podías intentando despistarles por aquellos oscuros y tortuosos caminos, algo que poco a poco ibas consiguiendo, puesto que cada vez les sacabas más distancia. ¿Quiénes eran? ¿Cómo te habían descubierto? ¿Por qué no había drones y más patrullas persiguiéndote? ¿Por qué...?

Tus pensamientos se vieron interrumpidos cuando, tras tu último giro, te viste en un camino sin salida. Rápidamente volviste sobre tus pasos, pero la bifurcación que acababas de pasar también daba a otro camino sin salida, por lo que tuviste que retroceder aún más… y por desgracia, antes de que pudieses encontrar otro camino alternativo, tus perseguidores te dieron alcance. A juzgar por sus expresiones y su actitud, resultaba evidente que esperaban precisamente esa situación. Estaba claro que conocían aquellos caminos mucho mejor que tú, y antes de que pudieses intentar algo más, te dispararon. Para tu sorpresa, no eran armas militares, sino antiguas, de munición balística, algo que no cuadraba si realmente eran parte de las Fuerzas de Seguridad… claro que no por ser antiguas dichas armas resultaban menos mortales que las modernas.

En el suelo y con heridas mortales, la oscuridad se iba apoderando de tu mente cuando el camuflaje debió fallar a causa de los daños, lo que hizo que las últimas palabras que escuchaste antes de morir fueran de sorpresa.