Item | Descripción | Valor |
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Al contrario de lo que habías pensado en un principio, no te llevaron a ninguna instalación militar, ni tampoco empezaron a torturarte ni a experimentar contigo, sino que te encerraron en una sala de detención común a la espera de que el efecto del aturdidor se disipase. Estaba claro que tu detención no tenía nada que ver con tu autentica identidad, que no sabían que no eras un ser humano… pero poco importaba. La energía de tu camuflaje no aguantaría lo bastante como para poder escapar.
Fueron los gritos de las celdas que te rodeaban los que llamaron la atención de los guardias cuando finalmente tu camuflaje se apagó, siendo estos los que activaron los sistemas de descargas eléctricas de tu celda para evitar que hicieses nada, incluso a pesar de que ni siquiera se había terminado de pasar el aturdimiento. Y mientras tú te retorcías de dolor por las descargas, ellos llamaban a gritos a sus superiores. Esta vez sí, no tardaron en aparecer los militares, quienes rápidamente usaron gases para dejarte inconsciente.
La próxima vez que despertases, estarías en una sala de torturas… o tal vez en una mesa de operaciones mientras realizaban algún experimento contigo, pues esa era la forma de actuar de la maldita humanidad. Lo único que podías hacer mientras la oscuridad se apoderaba de tu mente era maldecir el día que acabaste en la Tierra… y esperar que tu muerte llegase pronto y antes de que volvieses a despertar.
Aquellos no eran militares, no eran ninguna patrulla, ni parte de las Fuerzas de Seguridad de aquel lugar, eran simples criminales, incluso para el estándar de aquella maldita especie, pobremente armados, nada entrenados. Claro que incluso así, si les dabas la espalda lograrían acabar contigo fácilmente… por lo que tu única opción era quedarte y luchar hasta derrotarlos. Además, podías con ellos, lo sabías… o al menos, eso querías creer. Y por otra parte, después de haber pasado 11 ciclos ocultándote en las sombras y temiendo a cada instante que te descubriesen, aquella era tu oportunidad de resarcirte por todo lo que habías sufrido.
Por desgracia, aunque tomados por sorpresa a causa de tu resistencia y de que tus golpes no encajaban exactamente con lo que el camuflaje les mostraba, aquellas criaturas demostraron que también sabían pelear, y dado que el combate cuerpo a cuerpo tampoco era precisamente tu especialidad, uno de aquellos seres logró alejarse lo suficiente como para poder desenfundar un arma, antigua, de munición balística, cuyos disparos resonaron por el lugar a pesar de no darte. Claro que a pesar de no alcanzarte, lograron algo incluso peor, puesto que, atrajeron la atención de una patrulla cercana, que no tardó en aparecer en el lugar… justo en el momento en el que tu camuflaje, que había sido dañado por la pelea, dejaba de funcionar.
No hubo aviso, ni tampoco advertencia antes de que el dron que acompañaba a la patrulla abriese fuego sobre ti, sin importar que a tu alrededor estuviesen los criminales, los cuales cayeron como tu víctima de los disparos.