Item | Descripción | Valor |
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Al contrario de lo que habías pensado en un principio, no te llevaron a ninguna instalación militar, ni tampoco empezaron a torturarte ni a experimentar contigo, sino que te encerraron en una sala de detención común a la espera de que el efecto del aturdidor se disipase. Estaba claro que tu detención no tenía nada que ver con tu autentica identidad, que no sabían que no eras un ser humano… pero poco importaba. La energía de tu camuflaje no aguantaría lo bastante como para poder escapar.
Fueron los gritos de las celdas que te rodeaban los que llamaron la atención de los guardias cuando finalmente tu camuflaje se apagó, siendo estos los que activaron los sistemas de descargas eléctricas de tu celda para evitar que hicieses nada, incluso a pesar de que ni siquiera se había terminado de pasar el aturdimiento. Y mientras tú te retorcías de dolor por las descargas, ellos llamaban a gritos a sus superiores. Esta vez sí, no tardaron en aparecer los militares, quienes rápidamente usaron gases para dejarte inconsciente.
La próxima vez que despertases, estarías en una sala de torturas… o tal vez en una mesa de operaciones mientras realizaban algún experimento contigo, pues esa era la forma de actuar de la maldita humanidad. Lo único que podías hacer mientras la oscuridad se apoderaba de tu mente era maldecir el día que acabaste en la Tierra… y esperar que tu muerte llegase pronto y antes de que volvieses a despertar.
El salto de regreso a casa duró varias horas, prácticamente un ciclo entero, pero después de los 11 interminables y angustiosos ciclos que habías pasado en aquel planeta, el solo hecho de poder moverte libremente, incluso aunque fuese por el interior de tu pequeña nave hizo que se te hiciesen cortas. Evidentemente, cuando finalmente saliste del espacio enemigo, fuiste interceptado por las patrullas fronterizas por haber salido de un vector de salto no autorizado, pero aunque inicialmente pensaron que mentías, los datos de navegación de tu nave no tardaron en corroborar tú increíble pero cierta historia. Habías estado durante varios ciclos en el lugar más peligroso del universo conocido sin apoyo de ningún tipo, y no solo habías conseguido volver, sino que lo habías hecho sin que quienes habitaban aquel inmundo y mortífero planeta no te descubriesen y sin secuela alguna… físicas al menos, puesto que las mentales eran inevitables.
Pero a pesar de ello, aunque ese periodo poblaría por siempre tus pesadillas, supiste sobreponerte y sacarle provecho, logrando que también te sirviese de algo. Y no solo a ti, sino también al resto de especies civilizadas, puesto publicaste tu historia y un manual de supervivencia utilizando tu experiencia en aquel lugar. “Huida de la Tierra” y “Como sobrevivir en un mundo humano” se convirtieron rápidamente en lectura indispensable para todas las razas civilizadas.