Item | Descripción | Valor |
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40
Cuando la máscara —una rata— llega a tu lado te hace una señal hacia la puerta.
—¿Me dejas pasar?
Tiene una voz autoritaria, de persona mayor. Por su complexión le calculas una edad más bien avanzada. Te das cuenta de que la mayoría que están en este lugar ya han dejado atrás su juventud. Pese a las máscaras sus manos y cuerpos los delatan. ¿Cuánto tiempo llevan haciendo esto? ¿A qué Señores sirven?
Te apartas a un lado recordando que la máscara espera delante de ti.
Pasa por tu lado, abre la puerta y sale al callejón mientras enciende un móvil. Se aleja hacia un lado:
—Todo va bien.— informa a su interlocutor.
La puerta está abierta. Nadie te presta atención. Ni siquiera el de fuera, que habla apartado en una esquina, con la máscara medio levantada para poner el móvil en la oreja.
No tendrás otra oportunidad.
Te deslizas rápidamente y empiezas a andar. Primero con calma. Luego con paso apresurado. Cuando te has alejado lo suficiente a la carrera. Oyes gritos detrás tuya ¡se han dado cuenta de tu fuga! Te quitas la máscara para respirar mejor y corres como si el diablo te persiguiera. Y quizás así sea. Corres como nunca lo has hecho, bajo el sol del amanecer que comienza, por las calles de la ciudad mojada por la lluvia, sintiendo que quizás puedas vivir un día más.
Y mientras huyes no dejas de preguntarte ¿qué sucederá ahora?