Item Descripción Valor
Los germanos llegan a la hondonada, y mientras la mayoría rellena sus odres, uno pasa junto a los cuerpos de los legionaros y los toca con el palo de la lanza. Luego pasa a tu lado y uno de ellos te toca a ti. Dándote por muerto, siguen su camino. No respiras ni abres los ojos hasta que te resulta imposible aguantar la respiración y no oyes a ninguno de esos brutos en las cercanías. Hasta que ya no se les oye en absoluto, no te atreves a levantarte y alejarte de allí.