Se produce un fuego enorme en el escudo térmico de vuestra nave al entrar en la tenue atmósfera marciana. Los seis tripulantes que permanecéis en el interior, atados en los asientos por resistentes cinturones, aguantáis las intensas acometidas producidas por la entrada en el planeta. Una vez en el interior, el vuelo se vuelve más estable y os dirigís a toda velocidad, atravesando unas montañas rocosas, hacia la base.

Todo el paisaje se asemeja a un enorme desierto de rocas de color rojizo. No puedes evitar preguntarte como el hombre ha conseguido habitar este inhóspito planeta. Cuan diferente y bello te parece la Tierra en comparación a lo que ven tus ojos en este instante, tan lejos de tu verdadero hogar.

Al cabo de una media hora, visualizáis una compuerta enorme de metal en el suelo, que está abierta de par en par. No se observan edificaciones, simplemente, hay un agujero sobre el terreno que se adentra en las profundidades. Al menos, el interior está iluminado por grandes focos que evidencian la existencia de tecnología humana.

—¿Dónde está la base? —preguntas, puesto que te imaginabas algún tipo de estructura.

—Eso es la base —responde Sanders—. Las instalaciones se tuvieron que construir bajo tierra. Piensa que Marte no tiene un campo magnético global que le proteja de la radiación solar, tal como sí lo tiene la Tierra. Así que debemos protegernos en el interior.

Vuestro transporte baja durante cientos de metros, hasta aterrizar sobre una pista debidamente iluminada. Luego, la compuerta del exterior se cierra produciendo un potente sonido metálico.

—Parece que ya están al tanto de nuestra llegada —comenta Edna—. ¿Habéis podido comunicaros por radio con ellos?

—Negativo —dice Daria—. Siguen sin responder a nuestras insistentes comunicaciones.

—Supongo que no tardaremos en saber el motivo —resuelve Conor, no sin cierta preocupación en el rostro—. De acuerdo, bajaremos Neante y yo. Cuando sepamos qué está pasando os lo haremos saber. El resto permanecer atentos por si tenemos que realizar una escapada de emergencia.

La última frase del capitán acrecenta el nerviosismo general, pero es algo necesario para conseguir que el equipo esté alerta ante cualquier imprevisto.

HOJA DE PERSONAJE

Nombre         : Neante

Profesión      : 0

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