- ¡Joder! ¡Joder! ¡Joder!

Este maldito mechero parece no querer encender y cada intento fallido acerca un poco más a esa Presencia de oscuridad total.

En un último intento, un chispazo toma la fuerza necesaria para prender la llama, la cual como una candela de un faro que rasga la oscuridad de la noche para guiar a los marinos a buen puerto, te muestra una pequeña parte de este mundo de oscuridad y tinieblas que te rodea. A unos pocos pasos de ti puedes observar a aquel que te acechaba en las sombras... a aquel que eres TU.

Estás ahí, congelado, inmóvil frente a ti mismo. Eres tu pero distinto de ti. Vestido con una bata sanitaria, lleno de golpes, hematomas y cicatrices. Permanecéis cara a cara a unos pocos pasos de distancia mirándoos a los ojos. La luz del mechero ha creado una isla en un océano de oscuridad. Y de nuevo las voces llegan hasta tus oídos, pero esta vez son nítidas.

- ¡Lo perdemos! ¡25ml de adrenalina! ¡Traed atropina y amiodarama, rápido!

- ¡Masaje cardiaco! ¡Ventilación, rápido!