El germano se lanza a la carga contra tí. Eres un veterano luchador, y sabes que aunque pares el golpe, es posible que incluso te tire al suelo. Le has visto matar a tus compañeros, es rápido y muy fuerte, por lo que decides arriesgarte a apartarte cuando baja el hacha, haciendo un amago. El tipo pasa de largo, pero le has regalado un tajo importante en el pecho, que sin embargo no parece que haya hecho más que enfurecerle. 

Se gira de nuevo, grita, y ya sin espacio para coger carrerilla, intenta partirte en dos a ti o a tu escudo. No tienes más remedio que retroceder poco a poco, buscando una posición mejor. La inspiración te llega cuando pasas cerca de un árbol con gruesas ramas bajas: Bajo el 'arco' que forman el tronco y la rama, el tipo no puede lanzarte ataques desde arriba ni desde uno de los lados. 

Tras un duro toma y daca, consigues hacerle otro corte, y otro más, mientras das vueltas alrededor del árbol, hasta que al fin está lo bastante lento como para atreverte a atacar y apuñalarle el vientre. 

El tipo deja caer el hacha y te coge del cuello a pesar de que tienes el gladius clavado hasta la empuñadura. Por un momento piensas que ese monstruo será capaz de estrangularte con sus propias manos antes de morir, pero retuerces tu arma y finalmente la bestia queda sin fuerza, afloja el agarre y lo tumbas, pateas y apuñalas hasta asegurarte de que está bien muerto.

No tardarán en llegar más.