El hombre sigue sonriendo. Esa sonrisa casi sádica, que te resulta incómoda.

- Esa es una buena respuesta. Firme y decidida. En nuestro negocio hay que ser decidido. A veces nos equivocamos en nuestras decisiones pero hay que tener confianza ¿no crees? Y si se hace algo mal buscar soluciones. Como cuando se experimenta en la cocina. Un buen asado requiere experimentar, probar nuevos enfoques, encontrar...- mueve los dedos en el aire - el toque. Ese sabor magistral.

Hace una seña a su conseglieri, quién apura el cigarro y se levanta para ir a la cocina.

- Vitorino tiene listo nuestro asado. Las decisiones se toman siempre en los postres. Los hombres negocian mejor con el estómago lleno ¿no crees?