Sigues al oeste hasta encontrarte con un barranco demasiado alto como para soñar siquiera en bajarlo. Te toca buscar un paso para bajar, pero mientras rodeas el barranco, con la mirada alta por lo que pudieras ver en la lejanía, sientes una severa punzada en el pie derecho. Al mirar hacia abajo y apartar el pie, puedes ver una serpiente marchándose rápidamente.