Asumes el riesgo y le solicitas a tu IA que intente traspasar el cifrado. El ordenador de a bordo se aplica con intensidad a la hora de romper el bloqueo de datos pero compruebas que la cosa se complica nada más empezar. El sistema lanza una alarma defensiva y todo se pone en rojo. Antes de que puedas hacer nada la tarjeta chisporrotea y arranca un procedimiento de autodestrucción.

Tu IA tiene el tiempo justo para detener todos los procesos y evitar que el daño se propague a la propia nave pero el resultado es que tu data-tarjeta ha quedado frita.

Lanzas una maldición mientras golpeas el panel de mando. ¡Tu curiosidad te ha salido cara! Podrás contarle a McLeod que te detuvo una patrulla e intentó descifrar el contenido. Puede que incluso te crea y te siga dando encargos, pero tu reputación se va a ver mermada por esto. Lo que está claro es que ya no tiene sentido seguir hasta Signus. Tu misión ha terminado antes de comenzar y nadie te pagará por recibir una data-tarjeta quemada.

FIN DE LA PARTIDA

Sientes un estallidos de unos y ceros en tu cabeza. Te despiertas y miras a tu alrededor.

- ¿Dónde?

- No se mueva. La salida de la simulación suele marear un poco, podría caerse al suelo.

De pronto lo recuerdas. El parque de atracciones. Has venido aquí al salir del trabajo para entrar en la simulación neuronal de 'mercader espacial'.

- Pero... no he terminado... hay cosas que...- balbuceas todavía recuperándote de la simulación virtual.

El asistente automatizado te informa:

- Estoy seguro de que le quedarán muchas preguntas que hacer sobre la historia. Pero no hay problema. Puede jugarla las veces que quiera para encontrar distintos finales o llegar más lejos. ¿Desea conectarse nuevamente al sistema?