Item Descripción Valor

El diente de dragón produjo el efecto esperado. Poco a poco el alquimista se fue sumiendo en un profundo sueño del que sabía que jamás despertaría.

En él todos aceptaban sus métodos. Alcanzaban la inmortalidad. El rey le pedía perdón. Los espíritus de aquellos que habían sido sacrificados comprendían la finalidad de su sufrimiento.

Todos eran felices.

La sangre de mantícora actuó de forma fulminante. Un instante antes el alquimista sostenía la copa en sus labios y al siguiente estaba en el suelo.

Un final brusco, una queja silenciosa contra un amo que no supo apreciar sus desvelos. No aceptaría exiliarse como un vulgar traidor.