Apoyar a uno de los dos sería perjudicar y decepcionar al otro, pero "Roma" suena mucho mejor que eso de "Remoria".

Al final, decidisteis fundarla en el Palatino. En ese momento acabó la diarquía, ya que Remo desapareció en los bosques y no volvísteis a verlo. Rómulo nunca fue el mismo, especialmente desde el día que encontrasteis el cadáver de Remo en la orilla del río Tíber.

Eso sí, la Ciudad Eterna tuvo un éxito sin precedentes. Con un sólo gobernante que no tiene que dar cuenta a nadie de sus decisiones, pronto os hicisteis con todo el ancho mar, también llamado por vuestros descendientes "Nuestro Mar". Los otros pueblos obedecieron ciegamente vuestras decisiones, porque en vuestra civilización, un gobernador gobierna a todos, y un pueblo está por encima de los demás pueblos. Así será siempre.