Mantienes la calma y solicitas a la IA que haga los cálculos necesarios para encontrar el punto más cercano desde el cual puedas saltar al subespacio sin riesgo de que la masa del planeta te destroce. No está todo lo cerca que quisieras pero tendrás que conformarte.

Aceleras al máximo en el mismo momento en que la patrullera emite una señal de solicitud de detención. Por suerte estás lo suficientemente lejos de ella todavía para que no pueda usar su sistema de inmovilización sobre tus motores. Sólo esperas que sea una patrullera estandar y no tenga mejoras de velocidad para alcanzarte.

Durante un rato mantiene una distancia estable pero luego, con cierta satisfacción, compruebas que el Escurridizo la está dejando atrás. No detectas otras naves así que supones que está sola.

En cuanto alcanzas el punto de fuga no pierdes ni un instante para saltar al subespacio.

Por desgracia eso significa que la entrega no se realizará. Podrías contactar nuevamente con McLeod y reajustar el encuentro pero no te cabe duda de que esto repercutirá negativamente en tu fama.

Te consuelas pensando que, al menos, no acabarás en un calabozo por contrabando.

FIN DE LA PARTIDA

Sientes un estallidos de unos y ceros en tu cabeza. Te despiertas y miras a tu alrededor.

- ¿Dónde?

- No se mueva. La salida de la simulación suele marear un poco, podría caerse al suelo.

De pronto lo recuerdas. El parque de atracciones. Has venido aquí al salir del trabajo para entrar en la simulación neuronal de 'mercader espacial'.

- Pero... no he terminado... hay cosas que...- balbuceas todavía recuperándote de la simulación virtual.

El asistente automatizado te informa:

- Estoy seguro de que le quedarán muchas preguntas que hacer sobre la historia. Pero no hay problema. Puede jugarla las veces que quiera para encontrar distintos finales o llegar más lejos. ¿Desea conectarse nuevamente al sistema?