La revuelta es multitudinaria, no hay opciones de salir de esa vorágine. Siempre son mejores 6 ojos para mantenerse a salvo, no te queda otra que dejar a ese tipo a su bola, hay que buscarse la vida.

Intentas no hacer nada que pueda significar pena de muerte si te pillan y no atacas a guardias ni participas en ajustes de cuentas. Al final hay cambio de planes porque se pone al mando un tipo muy competente con ideas muy ambiciosas. No sabes cómo, al final te ha tocado estar en el grupo de personas con bandejas de cocina que van a cegar al helicóptero. ¿Pero qué cojones?, piensas, Dufresne está con una bandeja en la mano y te mira interrogativamente está en tu onda.

-Nos vamos ¿verdad?- te pregunta.

Puede que no sea la decisión más valiente del mundo, pero hay que saber cuándo retirarse.