| Item | Descripción | Valor |
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Buenas tardes, padre. ¿Qué se le ofrece?
Buenas tardes, hijo. Soy un viajero cansado y me gustaría hospedarme en tan hospitalario castillo, si eso es posible.
¡Sargento! - Sí, deja que pase. -Puede pasar, padre.
Gracias, hijo. La luz del altísimo te ilumine.
Y usted que lo vea.
Con esta pequeña conversación, pasas sin mayor problema la puerta. A veces está bien servir a una divinidad del bien. Lo que no esperabas es que, tras la puerta, hay todo un cuarto de guardia, con al menos 10 o 12 guardias custodiando la entrada. Muchos te hacen signos distintivos de tu religión, otros simplemente se apartan para dejarte pasar.
Al fondo de la habitación hay una puerta que conduce a un patio de armas. Justo en la mitad del patio se alza la torre del homenaje, custodiada por sendos guaridas.