La mujer se presigna tres veces ante la mención del abuelo, lo cual me hace sonreír por primera vez en varios días. Al menos el viejo se hacía querer por sus vecinos.
Farfulla una serie de consejos sobre no ir a la mansión del hechicero durante la noche que terminan por alegrarme el día. Ya sólo me falta que salga Christopher Lee de la casa de al lado y me redondea este ambiente a lo Hammer.
Al final consigo que me indique el camino que debo seguir hasta la finca. Reviso lo que denominan camino allá donde el mundo deja de tener tecnología y no me sorprendo al ver un barrizal que se adentra en el bosque.
