| Item | Descripción | Valor |
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Nos costó un buen rato que nos dejaran entrar. Y luego otro rato largo que nos tomaran en serio cuando les enseñamos al pollo.
Claro que cuando el pollo saltó de la caja y destrozó a un gato callejero que pasaba por ahí la cosa cambió. Las risas fueron menos estridentes, más nerviosas.
Al final logramos que nos dejaran pelear con uno de los gallos de la tabla de clasificación inferior.
¡Era el momento!
Soltamos a Pepe dispuesto a darlo todo...
