Item Descripción Valor

Estás en el extremo sur del gigantesco edificio de la fábrica. La luz de la luna, reflejada en las aguas del río, ilumina la escena dándole un tono irreal. Una mano se posa en tu espalda, te giras sobresaltado para encontrarte cara a cara con Celia Ferrer.


- Buenas noches inspector, me alegro de que haya venido.- la voz de la joven es apenas un susurro.- Supongo que ahora es el momento de contar la verdad.- Te dice mientras examina cautelosamente la zona.


- Mi hermano era un buen hombre, pero ambicioso, nada era suficiente para él. Hace unos años sus inquietudes le llevaron a unirse a una sociedad secreta con ramificaciones en todas las capitales europeas. Lo sé porque también contactaron conmigo. Se presentan con promesas de poder y gloria a través de una pseudociencia ocultista, un ofrecimiento por el que Alberto se vió sin duda atraído.


- Me extrañó cuando hace unos meses me dijo que había aceptado el puesto como médico residente de la colonia Trias. Un lugar como este no parecía cuadrar con los gustos de mi hermano, pero pensé que le vendría bien el cambio, que quizá se alejaría de las tonterías de la secta. Cuando recibí la noticia de su muerte entendí que esos malditos tenían algo que ver, y como no podía fiarme de nadie decidí venir yo misma a investigar la situación.


- Sé que Alberto escribía un diario personal, le ayudaba a concentrarse, así que anoche me colé en la iglesia con la intención de recuperarlo. No encontré nada útil entre sus pertenencias, pero vi que el sacerdote se saltaba la prohibición de salir de noche para traer un fardo aquí.- Dice mientras señala con el dedo una pequeña puerta disimulada en la pared lateral de la fábrica.- Es una sección a la que los trabajadores no tienen acceso, por lo que enseguida sospeché. Fui incapaz de forzar la puerta, pero quizá usted pueda ayudarme.