Mucho antes de que el aventurero pudiera estar preparado para el nuevo día, los gritos incesantes de la gente del pueblo rompen la paz de la habitación. Al levantarse de la cama con rapidez, la urgencia en los gritos de los pueblerinos se hace evidente. La tensión en el aire y el tono desesperado de sus voces indican que algo extraordinario está sucediendo.
El aventurero se apresura a abrir la puerta de la habitación, y varios pueblerinos se encuentran allí, con rostros pálidos y ojos llenos de miedo, entre ellos el tabernero. Hablan con voz temblorosa, revelando que una amenaza desconocida ha caído sobre el pueblo, y la ayuda del aventurero es imperativa.
-¡Rápido, aventurero!-, exclama uno de los pueblerinos, mientras los demás asienten con expresiones de ansiedad.- ¡Han asesinado al Mago Zyrtek!.
El aventurero, ahora completamente despierto y alerta, acepta el llamado de los pueblerinos. La amenaza que se cierne sobre el pueblo demanda su intervención, y con determinación, se prepara para salir de la habitación y enfrentar el misterio y el peligro que aguarda en la mansión. La urgencia en los gritos y la gravedad de la situación pintan un cuadro de desafíos desconocidos y un destino entrelazado con la necesidad de proteger a los habitantes del lugar.