Item Descripción Valor

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- Explíqueme señor agente, si puede, ¿qué alternativas tiene el obrero que se consume en la fábrica mientras su patrón vive en la opulencia? ¿de qué opciones dispone la madre que ve cómo sus hijos pasan hambre? La violencia no es más que el resultado lógico de la injusticia crónica imperante, el último recurso de los desesperados.


El joven ha perdido la compostura por unos segundos y su respuesta ha tenido un tono más alto de lo que había pretendido, atrayendo la atención de algunos invitados cercanos que os observan con semblante sorprendido, pero sin intervenir.


- Personalmente no me parece extraño que haya personas que se echen al monte como auténticos pistoleros y emprendan una vida de crimen.- Cuando retoma el diálogo, su voz es apenas un susurro y ha adquirido un claro matiz de amenaza.- Resulta lícito buscarse la vida al margen de la ley cuando ésta se halla tan podrida que permite nidos de corrupción e inmoralidad en todos los rincones. La clase obrera comprenderá, tarde o temprano, que para prosperar no son necesarios ni dios ni amo.


A la vez que pronuncia su pequeño alegato comienza a agitar enérgicamente su dedo índice a escasos centímetros de tu cara. Cansado de sus impertinencias le sujetas velozmente la muñeca y le obligas a retirar la mano. Dolido, el joven te mira con fuego en los ojos.


- Estaré encantado de continuar esta animada discusión más tarde, le espero en el jardín del patio inferior tras el comunicado del señor Rovira.


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Te encuentras en una amplia terraza de mármol blanco con elegantes balaustradas y jardineras incrustadas de mosaico. Al igual que el interior este espacio se encuentra ocupado por bien abastecidas mesas alrededor de las cuales se arremolinan los joviales invitados.


Dos estilizadas escaleras descienden en semicírculo a cada lado de la terraza, salvando unos pocos metros de altura para alcanzar el patio inferior, cuya zona central está totalmente ocupada por un singular laberinto de arbustos perfectamente mantenido. Una pareja de espléndidas esculturas adornan las entradas al entramado formado por los setos.


El fresco aire nocturno hace evidente la privilegiada situación de la mansión, y resulta un agradable cambio respecto al cargado ambiente del interior de la sala. Alejados como estáis de la ciudad, el despejado cielo sin luna permite admirar con extraordinaria claridad las refulgentes constelaciones.


Observas con detenimiento a los diversos grupos de asistentes formados a tu alrededor. Tienes la sensación de que el entorno se presenta más relajado, como si estas personas estuviesen poco interesadas en los motivos del señor Rovira. Ves que son las 9 y 10 de forma que decides buscar a alguien con quien entablar conversación.