Item Descripción Valor





Aunque intentases correr, dudabas que pudieses librarte de la patrulla, puesto que al fin y al cabo, ellos debían de conocer el lugar mucho mejor que tú… lo cual solo te dejaba con una opción, intentar engañarles. Después de todo, aunque sospechasen ligeramente de ti, tu camuflaje seguía activo y no tenían ningún motivo para dudar que no fueses uno de ellos, por lo que te detuviste y esperaste a que se te acercasen, confiando en que tu dominio del idioma fuese lo bastante bueno.

Las preguntas que te hicieron fueron las que esperabas, por lo que lograste contestar sin problemas y dado que el camuflaje no permitía que se viesen reflejados tus nervios por la situación y el temor a que te descubriesen, conseguiste sin muchos problemas hacer ver al guardia que te interrogaba que no tenías nada que ocultar… pero por desgracia, antes de que te permitiesen irte, el otro guardia sacó de repente su arma y, sin mediar palabra, te disparó.

Lo inesperado del ataque hizo que te fuese imposible evitarlo, recibiendo el disparo de pleno, el cual te aturdió e hizo caer al suelo. Te habían disparado con un arma aturdidora… pero ¿por qué? ¿Cómo habían descubierto que no eras uno de ellos? Era imposible… o al menos eso pensabas hasta que tus ojos se fijaron en la pantalla que el guardia que te disparó había estado observando todo el rato, pantalla que mostraba tu imagen desde arriba, incluyendo la que se ocultaba tras el camuflaje.

El dron… hizo un escaneo profundo mientras hablaba…

Tus últimos pensamientos antes de que un golpe te arrebatase la consciencia fueron para maldecirte por no haberlo previsto.

Despertaste con tu cuerpo recostado bocarriba, con una brillante luz iluminándote desde el techo y totalmente inmovilizado a pesar de que no podías mover ni siquiera un musculo. O más bien, lo que realmente sucedía es que eras incapaz de sentir tu cuerpo. Lo único de lo que eras consciente era de la luz sobre ti y de las voces a tu alrededor.

-¿La herida está controlada? No podemos dejar que muera…

-Si, la hemos tratado sin problemas.

-¿Y el resto de operaciones?

-Según lo previsto.

-Excelente… recordad que la conservación de su vida es prioritaria. No podemos perder al sujeto…

Las palabras que escuchabas no hacían más que aumentar tus temores ¿Qué te estaban haciendo? Por desgracia, no tardaste en averiguarlo, cuando tus ojos finalmente se acostumbraron a la luz y pudieron distinguir el espejo que había tras esta. Un espejo que te permitía verte por completo… y te hizo gritar en tu mente, ya que te era imposible hacerlo físicamente. Incisiones, músculos seccionados, huesos segmentados, órganos al descubierto… te estaban viviseccionando por completo, y no solo no podías hacer nada para evitarlo, sino que sabías que aquello no había hecho más que comenzar.

Y como si te hubiesen leído los pensamientos, una de aquellas repugnantes criaturas, uno de aquellos malditos humanos se acercó a donde estabas y empezó a practicar, con tortuosa meticulosidad, una nueva incisión en tu ya destrozado cuerpo. Aquel fue el primer día de tu vida como Sujeto 132DF68, un mero espécimen con el que los científicos del Imperio Humano experimentarían durante el resto de tu vida… y muy posiblemente también tras tu muerte.