Item Descripción Valor

Miras a tu compañero y mediante señas le indicas que te dejen salir. El sistema de comunicación se ha estropeado, así que no te escuchará si lo haces hablando.

Paco te mira y niega con la cabeza. Escribe algo en un papel y lo pega al cristal.

--PROTOCOLO DE SEGURIDAD--

Sabes que en esa situación no deberían dejarte salir, tu mismo decidiste que era lo más sensato en su momento. Empiezas a arrepentirte de haber entrado. Sabes que hasta que no se analicen los rayos aunque sea de forma preliminar no podréis salir, y que habrá que pasar un proceso de descontaminación y control.

Puede que si insistes logres que te abran la puerta. O quizá podrías aprovechar para analizar aquel vórtice que acaba de surgir.

Mientras te debates entre las dos opciones en tu mente surge una nueva idea. Si los rayos han cesado puede que el vórtice no sea peligroso, puede que haya un motivo para estar ahí y como atraído por algo exótico cruza entre tus pensamientos acercarte y tocar el vórtice.

Aquellos rayos no parecían dañinos, los sensores no marcan nada fuera de lo normal. Hay demasiado en juego y puede que esta sea la última oportunidad que te den los inversores. 

Decides seguir, e indicas a Paco que suba al 100% el bolómetro. Al hacerlo, el punto verde no crece, pero si la frecuencia e intensidad de los rayos verdes, que ahora si comienzan a ser dolorosos. No en los puntos de impacto, sino en la cabeza.

Sientes como si alguien estuviera abriendo tu cabeza y clavándote pequeños alfileres, rebuscando entre tu cerebro con unos finos y puntiagudos dedos. Algo en tu cabeza te dice que hay que aguantar, que solo es un poco más hasta que se estabilice. Pero tu mente analítica te dice que no, que eso no está bien.

¿Deberías indicar a Paco que diera el experimento por terminado o te dejarás llevar por esa corazonada de que en cuanto se estabilice, los rayos y el dolor deberían cesar?