Item Descripción Valor

Un golpe seco es todo lo que hace falta para destruirlo, sin embargo cuando lo vas a hacer no es tan fácil. Un rayo verde surge del portal y te impacta de forma continua, el dolor es muy intenso. Con fuerza a insistencia logras acercarte y después de golpear el bolómetro y que este salga despedido el portal se cierra y el rayo que te dañaba desaparece lentamente.

Confundido y  aturdido por el dolor sales. Tienes que apoyarte en las paredes los primeros metros para poder avanzar. El último giro del largo corredor que lleva al ascensor de salida te muestra los cuerpos muertos de tus compañeros, y junto a ellos Paco. Una buena cantidad de sangre los rodea, su muerte ha sido brutal.

No hay rastro de los que dejaste escapar, y tomas algo temeroso el ascensor. Al llegar a la superficie avisas de lo sucedido y no tarda en presentarse las autoridades pertinentes. Te preguntan lo que ha pasado, y has de decidir que versión les contarás.

¿Les dirás la verdad?, ¿Que piensas que ese portal, que esos rayos parecían estar controlando tu mente y tus acciones? ¿U omitirás todo lo relacionado con el control mental?

Das la orden de escapar a todo el mundo mientras los rayos siguen machacando a tus compañeros de seguridad.

Conforme sales vas cerrando todo, sellando cada puerta, pero cuando estáis a punto de coger el ascensor para salir de aquella planta, por el largo pasillo aparecen los dos técnicos y los dos de seguridad. Recuerdas entonces que uno de los protocolos era que los guardias tenían los permisos para cambiar cualquier código, por lo que dejarlos encerrados atrás no ha servido de nada.

Puedes escuchar como el ascensor baja, pero para cuando las puertas se abren todo lo que queda son los jadeos de los cuatro, y el sonido de las gotas de sangre de sus manos y bocas golpeando el suelo.

Tu, en el suelo... inundado por el dolor del mordisco en la garganta que has recibido por uno de ellos tratas de respirar de forma poco satisfactoria. Y antes de caer inconsciente puedes ver como los cuatro os dan la espalda y se dirigen a paso calmado de nuevo hacia la sala del bolómetro centelleador...