Item Descripción Valor

Das un suspiro hondo, Paco es más que un compañero y por eso haces lo que haces, y por eso te cuesta lo que te cuesta. Por unos momentos parece que tu amigo se va a negar a hacerte caso, pero finalmente cede ante tu insistencia.

Has hecho bien, estás seguro. No querrías que a Paco le ocurriera nada malo, no. Vuestra amistad es muy importante y él te importa demasiado para permitirlo.

Cierras las puertas cuando salen, y cambias los códigos de apertura. Ahora estás tu solo en la sala de control, y puedes sentir como los dos técnicos y guardias te miran como si estuvieran escudriñando tu cerebro.

Te acercas a la ventana y los miras. Permanecen allí, impasibles, como zombies. Por tu mente solo pasan dos opciones.

Activar el sistema de descontaminación de la sala, lo que provocaría que toda forma de vida en la sala del bolómetro fuera erradicada o directamente abrir la puerta y tratar de razonar, que aunque al principio te parece una locura no tarda en convertirse en una buena opción. Al fin y al cabo todos habéis sufrido los rayos...


Te dispones a hacerte con las herramientas de medición, cuando por tu mente pasa una idea un tanto extraña. La ves pasar por detrás de tus ojos como si estuvieras sentado en un cine, y para cuando ves lo absurdo de la misma te encuentras agarrando a uno de los técnicos y lanzándolo contra el cristal que separa la sala de la sala del bolómetro.

El cristal se resquebraja, aunque sin llegar a romperse... no ha corrido la misma suerte el técnico, que yace en el suelo con su cabeza en una posición antinatural respecto a su propio cuerpo.

Te acercas corriendo y agarras de nuevo al técnico de la cabeza, estrellándola contra el cristal de nuevo, y ahora si rompiéndolo del todo.

Desde tu posición de espectador has podido no solo ver la escena, sino a Paco con su mano en el accionador del protocolo de limpieza. No ha podido hacerlo, puedes ver en su mirada que no podía hacerlo mientras estuvieras tu dentro.

Durante unos segundos nadie se mueve, y tu poco a poco recuperas el control de los movimientos de tu cuerpo. El otro técnico de la sala sale a la carrera directo hacia Paco, mientras agarra una de las llaves de tuvo de la sala, justo mientras al que teóricamente le acabas de partir el cuello se levanta y se dirige obviando todo lo demás a uno de los ordenadores y activa de nuevo la energía en las dos salas, para comenzar a tocar diversos valores.