Item Descripción Valor
No es justo matarlo, si así fuera tendrías que acabar con tu vida también ¿no? Volvéis por el pasillo hasta la sala de control y contempláis de nuevo el bolómetro, ahora, sin nadie que pueda evitar que lo destruyáis.

Para destruirlo parece que la única opción es entrar y golpear el bolómetro, al salir de su soporte todo se debería desestabilizar y todo aquello terminaría.

La duda ahora es quien entrará. Paco por supuesto se ofrece a hacerlo él como era de esperar.Por otro lado dejar entrar a Paco quizá lo comprometa a él o incluso le cueste la vida.

Das un suspiro hondo, Paco es más que un compañero y por eso haces lo que haces, y por eso te cuesta lo que te cuesta. Por unos momentos parece que tu amigo se va a negar a hacerte caso, pero finalmente cede ante tu insistencia.

Has hecho bien, estás seguro. No querrías que a Paco le ocurriera nada malo, no. Vuestra amistad es muy importante y él te importa demasiado para permitirlo.

Cierras las puertas cuando salen, y cambias los códigos de apertura. Ahora estás tu solo en la sala de control, y puedes sentir como los dos técnicos y guardias te miran como si estuvieran escudriñando tu cerebro.

Te acercas a la ventana y los miras. Permanecen allí, impasibles, como zombies. Por tu mente solo pasan dos opciones.

Activar el sistema de descontaminación de la sala, lo que provocaría que toda forma de vida en la sala del bolómetro fuera erradicada o directamente abrir la puerta y tratar de razonar, que aunque al principio te parece una locura no tarda en convertirse en una buena opción. Al fin y al cabo todos habéis sufrido los rayos...